Subo esta mañana la empinada cuesta, los pensamientos flotando en mi cabeza y jugueteando con el trino de los pajarillos. La vista en el gran bosque. Voy buscando lo escondido.
De pronto asoma, solitaria, solemne, orgullosa de siglos de historia. Puerta y arco, de las Orejas o de Bibrambla. Ahora relegada, salvada de la perfidia y la malicie, pero relegada y sola. Tanto que contar.
Ella dialoga con el bosque, los árboles le cuentan que traen los nuevos tiempos y ella les cuenta historias de un pasado medieval, de avatares, justas y batallas, antiguos pobladores y nuevos inquilinos… la Granada de la Reconquista.
Por sus piedras, bajo sus arcos, pasaron señores y vasallos, obispos y frailes, príncipes y reos. Comerciantes, navegantes, sederos, pañeros, banqueros, jueces y soldados. Todos la saludaron. Y ella ahora añora esos tiempos y se consuela con la fresca alameda.
A un lado del camino, cuando ella fue el camino. Camino de entrada a aquella ciudad que se recuperaba de siglos de batallas, idas y venidas, moros y cristianos.
Se oye el lamento de sus sillares mezclado con el rumor del viento… ¡qué sola me siento!
Pero mira, hoy he venido a verte y oírte, sólo a ti, dama de Bibrambla, dama del Bosque de la Alhambra.
Buenas noches ¿dónde está esta puerta que citas en tu post que no la encuentro? ¿seguro que sigue en pie?
ResponderEliminarUn abrazo campeón. Creo que te conozco personalmente, pero en la foto se te ve muy bien la espalda y lo dudo.
¿No querías que entrara en tu blog? Pues aquí estoy en mi primera y no última intervención. Cuando veo a diario ese cuadro que tú y yo sabemos me acuerdo de tres cosas: de Juan Garzón que en presencia del Señor estará con toda certeza, de tu Granaísima y de mi querido hermano. Un abrazo fuerte en la distancia.
ResponderEliminarEse cuadro que tú y yo sabemos... malacitano más que granaíno.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte CM y gracias. Te espero de nuevo. Ah¡ ¿Has leído la entrada dedicada a La Mirada?
Otro beso.