Hoy que en la Castilla mesetaria, fría y recia amanece con una profunda niebla que embota la vista, me acuerdo que hace unos días en el meridión hispano, al norte del Sulayr, la misma niebla hacía más misteriosa y sorpresiva a la vigía de la ciudad de Granada:
"La Alhambra en un teatro de sombras silueteaba su presencia dejándose ver como una dama insinuante tras la frontera de su alcoba..."
...Desde el solitario Albayzín que empieza a desperazarse en las primeras horas de la mañana, esperando que el sol rompa la bruma y sus rayos jueguen en sus callecillas y plazuelas.
No te vayas, que aunque yo me haya marchado, pronto
Vuelvo a Granada...
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