jueves, 5 de noviembre de 2009

Francisco Ayala... y el Alcázar Genil

Ya hago a todos informados de la muerte del escritor, paisano granadino, Francisco Ayala a la próspera edad de 103 años. Granadino poco vinculado a nuestra ciudad sobre todo por los avatares políticos del siglo XX, pero al que la ciudad no quiso olvidar, sobre todo a su vuelta del exilio y sobre todo en los últimos 10 años, con homenajes, placas de calles, reconocimientos y la creación de una fundación para recoger su legado.

Dicen los que de esto saben que la lucidez crítica, la distancia que propicia la ironía y la preocupación moral emparientan su fecunda obra con algunos grandes clásicos del Siglo de Oro español, por cierto del que era experto cervantista. Desde el momento mismo de sus inicios, la escritura de Francisco Ayala (la de creación, pero igualmente la ensayística) se caracterizó por ser una incesante búsqueda del "sentido": Del sentido íntimo de cada acontecimiento cotidiano; del sentido que el destino personal y colectivo ofrece a cada ser concreto; del sentido de las reglas que caracterizan la interacción social... del sentido del vivir mismo, en última instancia.
Descanse en paz con Dios.

Fue en 2006 cuando un pequeño, desapercibido y casi asfixiado edificio albergó su Fundación: El Alcázar Genil. Un edificio Real -de reyes- que estuvo a punto de perecer a causa de la especulación y que sobrevive con el escaso oxigeno que le llega del cielo, rodeado de edificios de muchas plantas, que curiosamente reciben el nombre de Jardín de la Reina (ironías del destino... ver más abajo).
El palacio o lo que de él nos ha llegado, situado junto a la ribera izquierda del Genil, es un edificio nazarí del siglo XIV. En el siglo XVI, el Alcázar Genil era una frondosa huerta que tomo el nombre de Jardín de la Reina (Compare el granadino avezado ese vergel con el actual emplazamiento adosado al Camino de Ronda con edificios, coches, ruidos, contaminación...).Estaba presidido por un pabellón real y fue propiedad de las reinas nazaríes, de quienes pasó a los Reyes Católicos. Se trata de un palacete almohade del siglo XIII construido en tiempos del califa al-Muntasir, aunque más tarde sería remodelado por los reyes nazaríes. Era un lugar de recreo cortesano, con huertas y jardines de los que surgía un gran estanque dedicado a juegos de batalla navales. Aixa, la madre de Boabdil, vivió en él hasta la toma de la ciudad por los Reyes Católicos.
Por su disposición, que rompe con el tradicional estilo de vivienda musulmana, por su belleza y por su emplazamiento, en un lugar que entonces estaba lleno de jardines y huertas, en plena vega granadina, fue muy celebrado por los poetas y uno de los lugares de descanso de la corte nazarí, especialmente del emir Muhammad V.

ASÍ LO CANTA UNO DE LOS MÁS EXCELSOS POETAS DE LA CORTE DE GRANADA:

"¡Qué bella es tu alberca!
El céfiro teje en ella cotas de malla,
bajo los gallardetes de los árboles.
La murta la rodea con su oscuro bozo,
y todo el que ama el bozo la excusará.
Besa con la boca de las flores la mano de un califa,
con cuya fluyente generosidad no le hará falta lluvia".
Ibn Zamrak

Del edificio original solo nos ha llegado un espacio de planta cuadrada cuyo interior está decorado con estucos y azulejos similares a los de la Alhambra. La sala se cubre con un artesonado de lacerías y un friso de mocárabes. A ambos lados de esta sala se ubican dos pequeñas alcobas a las que se acceden por sendos arcos gemelos. Las estancias fueron restauradas en el siglo XIX.

Dejo a continuación varias fotografías tomadas en su interior, que se convierte en un auténtico oasis subyugante de color y formas:






Recomiendo su visita (ojo de lunes a viernes) y deleitarse viendo esta pequeña joya que ha sobrevivido varios siglos, para llegar a nosotros.

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