lunes, 2 de noviembre de 2009

Iglesias de Granada: El Sagrario

Este pasado fin de semana VOLVÍ A GRANADA.
Si bien no pude dar uno de esos paseos catárticos y engrandecedores del espíritu a que acostumbro (razones sobre todo familiares), sí pude el domingo celebrar la Misa del día de Todos los Santos en una de esas maravillosas iglesias que hay en nuestra ciudad: El Sagrario de la Catedral. El Sagrario es un templo que bien podría ser catedral de muchas ciudades por su plenitud creativa y artística.
Ocupa el solar que sucesivamente ocuparon la probable primera catedral visigoda de Granada, la Mezquita Mayor de Granada y la pequeña parroquia de Santa María de la O, cuando la Mezquita comenzó a deteriorarse por el desuso tras la conquista cristiana. En 1704 se demolió lo que quedaba de la Mezquita y en 1705 comienza la construcción del Sagrario por el arquitecto Francisco Hurtado Izquierdo. Como dato curioso en cuanto a fechas conviene recordar que el final de la obra de la Catedral se data en 1704.
El Sagrario tiene sobria portada de piedra marmólea de Sierra Elvira, con 3 estatuas correspondientes a San Pedro, San Ibón y San Juan Nepomuceno. En su interior de planta de cruz griega destacan sus 4 columnas de igual traza que las de la Catedral con basas previas que alargan la perspectiva y la altura de las mismas. En el interior de las columnas se representan a los 4 evangelistas con esculturas de tamaño natural. Su bóveda de media naranja sigue el esquema de los templos del barroco granadino.En la zona correspondiente al Altar Mayor el escultor José Bada talló un precioso tabernáculo en mármol coloreado, en la actualidad presidido por una reproducción de la Inmaculada del maestro Alonso Cano. En una de las capilla laterales se reproduce la heroica hazaña del capitán de la reina Isabel, el ciudadrealeño Hernán Pérez del Pulgar que clavó un puñal en la puerta de la Mezquita con la leyenda "Ave María", tomando de esta manera, al menos simbólicamente, el templo musulmán para la cristiandad. ¡Pardiez qué valor capitán! (A este histórico hecho me referiré en una entrada en días sucesivos).

En definitiva una preciosa oportunidad, la de la misa, de contemplar un magnífico templo en el centro de nuestra Granada.
Y acabando el domingo volviendo sobre mis pasos del viernes me volví a adentrar en la recia Castilla en donde atesoro los recuerdos de mi tierra y acumulo los anhelos para pronto volver.
Adios.

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