Avatar, la película del año y de muchos años

Viernes, deseado y nunca bien ponderado viernes... al cine si se puede, si no, nos queda el cine casero.

Esta pasada navidad me fui con mis hijos al cine a ver Avatar, cómo no, superprodución de moda avalada a priori por sus cifras gigantescas de presupuesto, recaudación en los USA y sobre todo merchandaising (en granaíno, publicidad): Todo es grande, a priori, en Avatar.

Vimos la película.

Desde que la vi, no antes, comencé a leer las críticas que en los medios, portales, periódicos, blogs, etc se hacían de ella. Hay toda una corriente en internet que no para de hablar de ella con devotos y también azotadores inmisericordes.

Y he de reconocer que la mayoría de las citadas críticas han ido de lo negativo a lo destructivo. Pocas buenas, la mayoría la ponen a caldo.

Por supuesto se ataca al canadiense (no es norteamericano de los USA) Jaime Cameron -el director- por su megalomanía al concebir, producir y dirigir esta película. Los críticos acerados hablan de imperialismo yankee vs. ecologismo barato, ven a George Bush hijo pilotando un helicóptero (cómo son estos progres), fomentar la new age, etc.

Además se le acusa de plagio de al menos una docena de películas (que si Tarzán de los Monos, Pocahontas, Robin Hood...).

Mi opinión, modesta, es que es una OBRA DE ARTE, mayúscula, hecha para el divertimento y mayor goce visual, emotiva, emocionante, vibrante... la mejor película de los últimos 10 años (vamos, desde la trilogía Tolkien).

Película de aventuras, llena de intriga y "con mensaje" nada cursi ni tópico. Y si hemos de encontrar parecidos razonables de la película yo lo haría con "Un hombre llamado Caballo" o "Bailando con Lobos".

Y además, habla de valores (¿cómorrrr? que diría el clásico, ¿valores?). Sí valores: La lealtad, la amistad, el amor, la verdad, la indulgencia -memorable última escena-... son exaltados y recrean en casi 3 horas lo positivo de los seres creados... por Dios... pues también es una película religiosa, donde la trascendencia, la oración, el sacrificio, el bien de la comunidad son fundamentales en su desarrollo.

Todo ello en un relato de ciencia ficción ambientado allá en el año 2154 más o menos en un planeta o su luna llamado Pandora.

El que pueda que la vea en el cine.

¡Ah! yo la vi sin las molestas gafitas 3D que producen dolor de cabeza a los que además usamos gafas de miope... y resultó igualmente (por lo que dicen) impactante.

Hala, a pasarlo bien y disfrutar.