Todo llega a su fin. Han sido unos preciosos días en Granada en la compañía dulce y cálida de la familia y los amigos. Celebraciones familiares en el marco de la Navidad de Jesús. Conversaciones íntimas con los amigos en binas llenas de las emociones y sentimientos acumulados en las semanas y meses anteriores.
Paseos por la ciudad que te acoge en sus calles como al hijo pródigo.
Una lágrima cuando por el retrovisor se ve la última imagen de Sulayr con los brillos dorados de la tarde con el sol de ocaso.
El paseante que Vuelve... de... Granada es como esa luz que cantó Federico...
Querido amigo cómo te entiendo pues el día 6 partiré desde Granada rumbo a la urbe capitalina. Madrid te acoge como una madre, pero Granada te la llevas en el alma para siempre. Buen viaje a Castilla, yo también dejaré caer mi lagrima y mi sollozo se hará solidario contigo.
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