Y dejamos en el aire 2 fotos con la incognita de qué lugares actuales eran.
Pues bien la primera de ellas, era relativamente fácil y también fue mencionada en la entrada de Leopoldo Torres Balbas: Se trata de la Torre de las Damas en el Partal.
Situada por encima de la muralla del recinto, su disposición recuerda al Palacio de Comares, con una gran alberca central presidida por el pórtico, aquí con cinco arcos, tras el que se desarrolla la estancia principal en el interior de una torre conocida con el nombre de las Damas.
La decoración de sus paramentos o paredes presenta el habitual zócalo de alicatados, amplios paños de yeserías originalmente policromados hasta el arrocabe y cubierta con armadura de madera. Su tipología decorativa ha atribuido su construcción a la época del Sultán Muhammad III (1302-1309) lo que lo presupone como el palacio-al menos parcialmente-en pie más antiguo de la Alhambra.
La decoración de sus paramentos o paredes presenta el habitual zócalo de alicatados, amplios paños de yeserías originalmente policromados hasta el arrocabe y cubierta con armadura de madera. Su tipología decorativa ha atribuido su construcción a la época del Sultán Muhammad III (1302-1309) lo que lo presupone como el palacio-al menos parcialmente-en pie más antiguo de la Alhambra.
El segundo edificio, algo más complicado de adivinar, es el Oratorio del Partal, edificio anexo a la Torre de las Damas y junto a las casas moriscas (concretamente la de Astasio de Bracamonte). Es un pequeño edificio de planta rectangular, que por su decoración fue atribuido a la época de Yusuf I.
Este oratorio, que no mezquita como rezaba el título de la postal, presenta idéntica tipologia a otros de la Alhambra, como el del Mexuar, otros en Granada (en el Palacio de la Madraza) y también en Andalucía (quizás el más famoso, en la Mezquita de Córdoba) con su mihrab.
Orientado debidamente, como es tradicional en el mundo musulmán, se integra en los jardines que lo rodean, con su quietud casi mística, para favorecer la meditación del Sultán que lo frecuentaba, rezando sus oraciones como indicaba el libro santo.
Ambos edificios los restauró y recuperó para su contemplación el citado benemérito Torres Balbás.
Nos vemos en otro paseo en la Alhambra... o quien sabe dónde.
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